Un asesino a sueldo se convierte en blanco de sus empleadores cuando se niega a matar a una de sus víctimas. A partir de ese momento, deberá huir por las calles de Nueva York acompañado por una mujer que se presta a ayudarlo.
Un asesino a sueldo se convierte en blanco de sus empleadores cuando se niega a matar a una de sus víctimas. A partir de ese momento, deberá huir por las calles de Nueva York acompañado por una mujer que se presta a ayudarlo.